Leyenda y Mitos

Los mitos y leyendas son una de las costumbres mas importantes del pueblo colombiano hacen  parte de la tradición oral de los pueblos que se encargaron de unir la fantasía con las creencias populares, que han ido evolucionando a través de los tiempos, los mas representativos y conocidos son:




   El Mohan  
                                                                  
Terror de los ríos
Antes de trasladarse a vivir  as u palacio subterráneo, el Mohan fue un hechicero que convoco tormentas  y eclipses. Conocía los secretos de las almas , curaba las enfermedades y todos temían sus ojos de azabache cuando atraía la lluvia y las cosechas o se transformaba en jaguar que corría las landas de los ríos para ahuyentar los malos espíritus.

Él supo en una noche premonitoria de la llegada de los españoles; vio también la humillación y los despojos de la conquista. Por eso tal vez queriendo perpetuar la memoria de los antepasados, se marcho con todo los tesoros a las entrañas de los ríos. Allí permanece taciturno y remoto entre las piedras lejos del tiempo mientras le crecen los cabellos y las uña y sus ojos desploman la noche.

El Mohan ama la música, toca la guitarra en las noches de luna llena y algunos campesinos lo han visto aterrorizados decender en balsa mientras ensaya una canción desconocida. Embaucador pajarero pintado de negro y con dientes de oro, el Mohan es un laberinto que puede cambiar de apariencia, aprovechar las brisas de los ríos para la serenata, y el vagabundeo por los mercados de los pueblos, en donde compra tabaco y aguardiente, y conquista a las muchachas.

Brujo del agua el Mohan sin embargo ejerce una feroz tutela de los ríos, regula las crecientes y complica las atarrayas de los pescadores y en algunas ocasiones su celos llega a ser perverso: voltea las canoas, y sumerge a sus victimas en el fondo de las aguas. Loa viejos pescadores y barqueros saben todo de aquello por eso le temen. Lleva en las mochilas tabaco y están pendientes de cualquier señal de indagación a las  olas , saben que el regreso de su destino depende del Mohan.




Madre Monte 



Toda vestida de hojas y de líquenes, vive en la profundidad de los bosques. La cabellera victima de soles y lunas le oculta el rostro, ese es su enigma  podemos escuchar el grito de fiera entre los arboles, ver la silueta que se pierde en la espesura pero nadie a visto nunca su rostro cubierto de  musgo y sombra,  la  Madremonte ama las grandes piedras  de los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos, algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos en las tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.


como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida de que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta a los periodos de celo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio, por eso odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan el recinto secretos  las montañas.

Cuando la Madremonte esta poseída de furia, se transforma: los ojos despliegan candela,  y las manos de puro hueso se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces los vientos y las tormentas, los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrastra las cosechas y el ganado todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y de los astros.   






 La Patasola 


Enemiga de los hombres acosada por una culpa antigua, poseída por el horror de su propia apariencia jamas se detiene en su vértigo de odio y espanto, allí va con los ojos torturados y lejanos y el cabello enredado de lianas. Dando saltos con la pata de oso desaparece de la espesura.

Compañera de los tigres y las arañas trasnochada por la pena de un amor desorbitado,  la Patasola odia el agua, los cielos azules y la salida del sol,  su reino pertenece a los crepúsculos y las noches tenebrosas de los montes, Anque algunas veces , cuando olvida el dolor canta y espera la salida de la luna sobre el copo de los arboles.

Tiene el poder de la metamorfosis: cambia de mujer horrible,  con dientes felinos y ojos abultados, a muchacha bella insinuante como un espejismo entre los arboles. Así atrae a los hombres y caminantes desprevenidos y luego devorarlos totalmente en la selva.






Madre Agua 



Es un ser anfibio que prefiere vivir la mayor parte del tiempo bajo el agua, allí como una ninfa acuática, apoyada  en un bastón de coral, desteje la red de su amargura, con la mirada perdida  busca a su joven amante  indio,  al  hijo que fuera arrojado a la corriente por el abuelo español  que nunca aprobó su amor con el aborigen.


Madre del río, pequeña sonámbula de los silenciosos arrecifes, ademas de su inclinación por la transparencia, las nubes y los pájaros, la madre de agua desea a los niños con sonidos de caracol, con mensajes de mariposa de cristal, con ramas de flores blancas  que alumbran en recamaras de sílice, los atrae   hasta el borde del río; aquellos que han visto los visajes de rostro en los espejos del agua, enferman y sin poder olvidar corren al abismo en busca  de los cabellos de oro  y del espejismo de la cantora de ajos azules.







El Hojarasquín del Monte 



Se alimenta de las flores y de las bayas doradas  de los bosques. Tiene tronco de Guayacán con cabeza de hombre cubierta de chamizos y salvajina, se ocupa de cuidar el bosque y los animales selváticos atento al chillido de las golondrinas en los farallones del río, sabe cuando se acerca el depredador de la flora y cuando debe auxiliar el sabanero anhelante victima de los perros del cazador. Amante de los vuelos,el Hojarasquín  algunas veces se cansa de ser árbol  y entonces disputa con los loros, intenta saltar  en las tarde de sol.


Los campesinos saben de este movimientos por las algarabía de los arrendajos  y pájaros tijeras, por la inmensa batahola  de los amanes con el viento. Amo de las hojas y el rumor de las aves en las montañas, el Hojarasquín muere cuando hay tala y destrucción de los montes; en forma de tronco seco permanece oculto hasta cuando resurge la floresta.







La Llorona 


Entre los cafetales y los yarumos, en las noches de luna llena se escucha el grito de la llorona, de rrostro cadavérico cubierta por arapos pringados de la lluvia y el sol la llorona alguna vez fue una mujer muy hermosa de ojos audaces que enloquecía  a los hombres de los pueblos. Ahora desprovista de esplendor, deambula de sosiego por las veredas atormentada por la culpa del crimen y los delirios de una madre que cree llevar entre los brazos  a un niño imposible.


Jamas cesa en su canto fúnebre; aunque intente olvidarle, atraída por el silencio de las cañadas  por el tejido invisible de las mariposas en el aire de los ríos. Algunas noches, incluso lo intenta rondando las ventanas de la aldeas; allí se detiene perdida en el dolor y la sombra, mientras que escucha las guitarras, las voces que con aroma de aguardiente y tabaco ahuyentan el alba.

Tiene cualidad de espejismo. algunos la han contemplado con el lamento  infanticida, bella como antes del maleficio, otros con el rostro de calavera, los ojos ardientes el pelo alborotado  y el quejido que sacude la montaña, cualquiera que sea la aparición  nadie desea ver la llorona, basta con conocer el olor, el grito grito desesperado para saber que algo terrible se esconde en la maleza.




 La Candileja


Mártir de violencia,  la candileja es el espectro de una mujer asesinada  en el valle de las Tristezas; dicen que fue quemada viva con sus hijos dentro de su casa, desde entonces, convertida en fuego frecuenta las ruinas, las resientes de los ríos y los caminos solitarios; aparece en el alba cuando aun el gallo no ha cantado  y como un meteoro se estrella con los cercos, se agita en el copo de los arboles y se echa a rodar con los arboles.

La candileja sin embargo espanta a los caballos  y a los jinetes que se aventuran aventuran en la noche; inicia las quemas de los bosques: grandes incendios grandes sequías, precipita su presencia de llama en los tiempos  que se aviva su dolor. Por eso los hombres le temen saben que ni los rezos ni  las bendiciones  ahuyentan su furia.    







El Sombreron


Su leyenda es tan antigua, que algunos lo consideran  el espanto mas viejo del departamento de Antioquia  en el noroeste de Colombia.
Es un hombre corpulento, que se hace acompañar de dos perros negros, agarrados por gruesas cadenas, y que monta una mula, también negra, unos dicen que el sombrero lo cubre entero, otros dicen que no tanto; que bajo sus alas se puede ver que tiene una calavera por cabeza.

Poco habla la leyenda de su origen o motivos,  lo que se 'sabe' es que sus intenciones son menos macabras que la fama que lo precede; lo suyo es poner a correr a sus victimas, el Sombreron es un asustador profesional.

Fue famoso en Medellin en 1837  cuando recorría todas sus calles con una ruana negra, sombrero negro y montado en una mula negra,  perseguía a los borrachos y a los trasnochadores diciéndoles "si te alcanzo te pongo te sombrero" ; aparecía los viernes de cuaresma y cabalgaba con un par de perros encadenados. El Sombreron fue un espanto propio de Medellin. 





El Silbón 



Es un espíritu vagabundo  por matar a sus padres, después de asesinar a su padre el hombre fue castigado con un mandador de pescuezo 'típico del llano'; al tratar de huir fue mordido por un perro tureko, para cubrir el castigo su abuelo regó sobre sus heridas gran cantidad de ají   picante. El recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por el espíritu errante conocido como el Silbón.


El silvon se presenta a los borrachos en forma sobrio. Otros llaneros le dan forma de hombre alto, flaco, usa sombrero y ataca a los hombre parranderos y borrachos, a los cuales les chupa el ombligo para tomarles el aguardiente. La tradición explica que al llegar el Silbón a una casa en horas nocturnas descarga el saco y cuenta uno a uno los huesos, si no hay quien pueda escucharlo un miembro de la familia muere al amanecer.

Otra versión dice que mato a su padre par comerle sus 'asaduras'  el muchacho fue criado toñeco (mimado)  no respetaba a nadie; un dia le dijo a su padre que quería comer viceras de venado, su padre fue  de cacería para remplazarlo, pero tardaba en regresar. En busca de esto el muchacho fue a buscarlo y al ver que no traía nada, que no había podido cazar el venado, lo mato le saco las viceras, y se las llevo a su madre para que se las cocinara, como no se hablandaban la madre creyó que eran las 'asaduras' de su marido preguntándole al muchacho quien confeso la verdad.

De inmediato lo maldijo "pa to la vida"  su hermano Juan lo persiguió con un mandador , le sonó una tapara de ají y  le asuso el perro 'tureco'  que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.



El Dorado


El rey y los sacerdotes le dijeron al pueblo que la laguna era sagrada, y que Zoé la había colocado allí, a la vista de todos, como prueba de su poder, la laguna vino a convertirse en un santuario, al cual hacía peregrinaciones anuales la nación entera.

El rey se acercaba a las aguas, donde la esperaba una balsa hecha de las cañas que crecian alrrededor del lago; sobre la balsa había un montón de dijes, brazaletes, zarcillos, petos e ídolos de oro, había también gran número de esmeraldas, que procedían de unas minas próximas de la tierra  de los Chibchas, y que estos adquirían por tráfico o en guerras con los pueblos confinantes. El rey subía solo a la balsa  y remaba con lentitud aguas adentro, llegando a la parte central de la laguna, iba arrojando una a una, las ofrendas de oro  y las piedras preciosas, ala fondo de las aguas. Entretanto la gente de la ribera siempre con la espalda vueltas a las aguas, arrojaba hacia atrás sus propias ofrendas consistentes también en oro y piedras preciosas.


Cuando todas las ofrendas habían sido arrojadas al  lago, el Rey se sumergía bajo las aguas y dejando en ellas el polvo que le cubría el cuerpo, volvía luego a la balsa. El lugar donde se sumergía el Rey quedaba señalado por una mancha de amarillo vivo, que hacia brillar las ondas como si fueran de oro fundido.
Entretanto las hogueras ardían gloriosamente; al humo perfumado, como nube de incienso, robaba la luz del sol, y los ecos resonaban ensordecidos por el estruendo de los cánticos, de los cuernos y de las trompetas. Terminada la ceremonia, el Rey y los vasallos se entregaban a la alegría y la bebida nacional; que era un fermento de maíz, corría entonces a torrentes.

La ceremonia tenia lugar una vez por año, estos sucesos sucedieron siglos antes de que América fuese descubierta,  y cuando los europeos aún no sabían nada de su existencia. Cuando los españoles llegaron a  América supieron que el Rey de los Chibchas, se cubría el cuerpo con oro en polvo y se sumergía luego en las aguas de una laguna sagrada, y se sumergía, que ademas arrojaba allí alhajas de oro y que sus vasallos hacían lo mismo. De allí vino el nombre de El Dorado.
Muchos y muy abundantes exploradores partieron en todas direcciones, a través de selvas, por altísimas  cadenas de montañas, a lo largo de ríos caudalosos y de valles interminables, abriéndose paso con las armas por entre tribus salvajes y hostiles, en busca de la tierra de El Dorado.
El imperio fue descubierto por un atrevido explorador español, quedaron vencidos los Chibchas y fueron súbditos del Rey  de España, perdieron sus riquezas y sus libertad, el lago místico fue descubierto, pero sus aguas yacen todavía sus tesoros  que allí fueron arrojados, parecen que Zoé y Bochica velan sobre ellos; vanos han sido cuantos esfuerzos se han echo para rescatarlos, el lago místico guarda fielmente las ofrendas de un pueblo poderoso y cuyos días de gloria se pierden en un pasado remoto.



fuentes:






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